Cuando piensas negativamente a cerca de ti misma/o, no te estás valorando lo suficiente
La autoestima no es más que sentirse bien con uno mismo, y cuando lo haces desarrollas
confianza. La confianza crea la autoestima y, así, una cosa se nutre de la otra.
Una vez que has cogido el ritmo, puedes conseguir casi lo que desees.
Si la autoestima es lo que piensas de ti mismo y eres libre para pensar lo que quieras, ¿por qué querrías menospreciarte?
Naciste con mucha confianza. Viniste a este mundo sabiendo lo maravillosa/o que eres. Cuando eras un bebé eras perfecta/o. No tenías que hacer nada, porque ya eras inmejorable y actuabas como si fueras consciente de ello. Sabías que eras el centro del Universo, por lo que no tenías miedo de pedir lo que querías.
Expresabas libremente tus emociones. Tu madre sabía cuándo estabas enfadada/o; de hecho, todo el vecindario lo sabía
Y cuando eras feliz, tu sonrisa lo iluminaba todo. Estabas llena/o de amor y confianza.
Los bebés mueren si no reciben amor. Cuando nos hacemos mayores aprendemos a vivir sin amor, pero ningún bebé puede soportarlo. Los bebés también aman todo su cuerpo, hasta sus propias caquitas. No se sienten culpables, ni se avergüenzan, ni hacen comparaciones. Saben que son únicos y maravillosos.
Tú eras así. Después, en algún momento de tu niñez, tus bienintencionados padres te traspasaron sus sentimientos de inseguridad, inadecuación y miedo.
En ese momento empezaste a negar tu propia grandeza. Estos pensamientos y sentimientos jamás han sido ciertos y, sin duda, tampoco lo son ahora. Así que, quiero devolverte a la época en que realmente sabías cómo amarte y para ello te voy a hablar del trabajo con el espejo.
El trabajo con el espejo es sencillo y muy potente. Simplemente consiste en mirarte a un espejo cuando repitas tus afirmaciones. Las afirmaciones son ni más ni menos que frases bonitas que dices a tu cuerpo a través del corazon. Los espejos reflejan nuestros verdaderos sentimientos.
Cuando éramos pequeños, la mayoría de los mensajes negativos que recibíamos provenían de adultos, muchos de los cuales quizás nos miraban directamente a los ojos e incluso nos señalaban con el dedo.
Ahora, cuando la mayoría nos miramos al espejo, es para decirnos algo negativo, criticar nuestro aspecto o reprendernos por alguna otra cosa.
Mirarte directamente a los ojos y decir algo positivo es una de las formas más rápidas de obtener resultados positivos con las afirmaciones. Así que cada vez que pases delante de un espejo, mírate a los ojos y dite algo positivo.
Si te pasa algo desagradable durante el día, ve inmediatamente al espejo y di: «Te amo de todos modos». Las cosas vienen y se van, pero el amor que nos tenemos puede ser eterno y es el bien más importante que poseemos en esta vida.
Se te pasa algo bonito, ve al espejo y di: «Gracias». Reconoce que has creado esa maravillosa experiencia.
Quiero que cuando te levantes por la mañana y antes de acostarte por la noche te mires en el espejo y te digas: «Te quiero, te quiero de verdad y te acepto tal como eres».
Al principio puede resultar difícil, pero si sigues con esta práctica, muy pronto esta afirmación se hará realidad. ¡Verás lo divertido que es!
Te darás cuenta de que a medida que aumenta tu amor hacia ti misma/o, también lo hará tu respeto hacia ti misma/o, y cualquier cambio que creas que has de realizar será más fácil de llevar a cabo cuando sepas que es el correcto para ti.
El amor nunca está fuera de nosotros, siempre está en nuestro interior. Cuanto más cariñosa/o
seas, más querida/o resultarás.
Elige nuevos pensamientos para ti y también nuevas palabras para decirte lo estupenda/o que eres y que mereces todo el bien que la Vida puede ofrecerte…
Que tengas un maravilloso día
